Aquella primavera del 84
Aquella primavera
del 84
en que todo cambió,
los días, las
noches,
todo
fue desengaño,
frustración.
Aquella primavera
del 84
fue tanto lo que
perdí,
la vida, la razón,
todo
creí dejar de
existir.
Y es que en aquella
primavera
endiablada,
consumida en el
tiempo.
Inició mi camino al
Gólgota
para sentirme
más frágil y
pequeño.
Fue crucificada
la razón de mi ser
y fue la hiel amarga
mi pan diario,
Me quedé ciego
ya no podía ver.
Pasaron muchas
primaveras
de silenciosos
desiertos,
de voces desgarradas
en el fondo de mi
alma.
No estuve solo,
es cierto,
la ayuda me llegó
unos años después.
Nadie muere de
silencios,
ni de voces
en el desierto.
Y al fin y a la
postre
la luz se hizo viva
y se quedó a
nuestro
lado,
y aquellas
primaveras del 84
fallecieron de
inanición
por amistad de
quienes
me quieren,
y por la gracia de
tu amor.
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