Trino


Cada uno tiene su devoción,
la mía es el trino de un pájaro,
esta tarde, durante la siesta.

Salve, ave mártir de todos
los santos y pecadores.

Salve, tú que cantas a la
primavera con tu voz
de tenor tan bella y efímera
a la vez.

Haces más bien por mí
que todos los genios de la lámpara
del santoral católico, protestante
o musulmán.

Cada tarde acudo a tu cita
para sentirme vivo
y no un muerto que venera
a otros muertos,
aunque sean los mismísimos
pilares de toda fe.

Gracias, pequeño gorrión,
si tu caes, otro ocupará tu lugar,
al igual que si yo muero
para otro cantarás, hermano.

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