Misericordia


Esta noche la lumbrera nocturna
me anuncia un sueño artificial
de hipnóticos.
Olvidaré mis sueños y delirios
durante siete horas,
mas al alba volverá la pesadilla
de estar despierto sin nadie
a mi lado,
en la soledad de una ciudad
árida, seca, sin vida.
Volveré a la rutina cotidiana
de vivir una existencia vacía
porque ya no estás conmigo.
La lumbrera del día cegará
mis ojos ante los chismes
de las redes sociales y demás
medios.

Ya no me quedan cartuchos
en la recámara,
la vida se hace montaña
insalvable frente a la depresión,
y mi alma no está en venta.
Nadie daría un centavo por mí.
Me refugio en la lectura espiritual
de los libros inspirados,
mas el Santo Espíritu
es para los cuerdos que
reconocen su necesidad.
A mí la vida me cincela
a martillazos,
Y mi única esperanza
es que algún Dios me sea propicio,
y alcance su misericordia,
para llegar hasta ti,
Amor.

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